Por: Guillermo Solórzano
Durante estos últimos años las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) nos ha facilitado la vida al realizar diversas tareas en las que la intervención del ser humano es mínima. Un ejemplo claro, el poder buscar cierto término desconocido o jugar una partida de ajedrez en solitario y qué tu contrincante sea la misma máquina.
Dentro del campo de las TIC’s se ha empleado el uso de la Inteligencia Artificial (IA), en donde algunos internautas han podido facilitarse realizar diversas actividades académicas, profesionales y/o personales.
Pero, ¿qué es una IA?
De acuerdo con Google Cloud
Es como si nuestro buscador de confianza nos entablara una conversación sobre un tema que necesitamos comprender y resolver.
Tal vez hayas notado que los estudiantes hablan entre ellos de haber obtenido la
información o que su redacción sea casi perfecta por usar ‘ChatGPT’. Este sitio web,
gracias a su interfaz en forma de chat, puedes entablar, por así decirlo, una conversación con esta IA sobre un tema y lo que hará es que gracias a su programación y su consulta en infinidad de espacio web al instante será capaz de procesar, comprender preguntas y responder con información como si fuera una conversación fluida.
Así como ChatGPT, existen otros tipos de software que nos facilitan labores de nuestra vida profesional. Por ejemplo, ‘ChatPDF’ el cual funciona de una manera similar a ChatGPT, pero con la particularidad de que puedes subir un archivo PDF y hacerle preguntas sobre el texto.
Una integración de herramientas de IA en la educación ayudaría en los procesos de
enseñanza-aprendizaje. Tal es el caso de oportunidad la del aprendizaje personalizado a través de las grandes bases de datos donde consulta y responde la IA. Otra de estas es que puede fungir como un tutor virtual ante conceptos o prácticas desconocidas. Nos ayuda simplificar y automatizar tareas administrativas y hace que el acceso a la información sea más amplio.
No obstante, existen algunos desafíos al integrar la IA en la educación, como por ejemplo la falta de personalización efectiva. Que el sistema de la IA contenga datos sesgados, es decir, que muestre solo una parte de la información. Asimismo, que la recolección de nuestros datos se vea vulnerable a la hora de no saber cómo poner privacidad y seguridad en nuestros datos. Finalmente, los docentes deben estar en constante capacitación para la implementación efectiva de la inteligencia artificial en el aula de clases.
El uso de las IA en la educación tiene que llevarse con un uso de una manera responsable y ética a la hora de tomarse como referencia o abordarse en las aulas de clase. Organizaciones como la UNESCO, han destinado publicaciones para fomentar la participación de la IA en la educación. Esto a partir de formular políticas educativas en materia de inteligencia artificial. Su postura pretende que esta herramienta sea la solución a las desigualdades actuales para acceder a la información y al conocimiento y asimismo que no se amplíe la brecha tecnológica en la cual estamos pasando.